04 enero 2006

Mi turno

Me dicen que soy muy parco en palabras y muy "seco y cortante" cuando hablo, al menos a las primera de cambio o en la primera impresión que causo. Y en éste caso, realmente me quedé sin palabras cuando me enteré del fallecimiento de Bulldog.

Lloré como un niño y a menudo me emociono aún cuando me acuerdo. No le conocí en persona, algo que lamento profúndamente; de hecho, hasta pasado un tiempo, no supe cómo se llamaba. Qué nombre y hombre había detrás de aquel nick; quién estaba moderando un foro donde nos conocimos todos virtualmente.

Poco a poco, y de la manera más fácil y sencilla, fuí descubriendo quién era y cómo era: una gran persona, con un corazón que no le cabía en el pecho, amante de los animales, con un sentido del humor realmente envidiable, honesto así como fiel y coherente con sus ideas y pensamientos.

Estoy completamente seguro que, al igual que todos nosotros (así como su familia) le echamos de menos, igualmente le echarán de menos los niños con Síndrome de Down, a los que dedicaba todo su esfuerzo, cariño y dedicación. Esto sólo dice mucho de él, creo yo, además de otras muchas virtudes.


Este perro partiéndose de risa que tenías en la firma de tu usuario, junto con la famosa frase de Carmen Calvo, como moderador del foro, siempre permanecerá en mi memoria de manera imborrable.

No quiero ser demasiado extenso, por lo que abreviaré: Muchas gracias por haber compartido tu tiempo con todos nosotros, gracias por haber dejado que aprenda de tí, gracias por tu optimismo y tu honestidad. Sé que desde el cielo nos seguirás leyendo y cuidando de todos nosotros. Y, aunque te echemos mucho de menos, permanecerás con nosotros porque siempre que nos acordemos de tí, vivirás con nosotros; siempre que oiga una canción de Pink Floyd (que sé que te gustaba), estarás conmigo; siempre que vea un perro, me acordaré de tí (y te aseguro que siempre veo uno, porque tengo mi Yorky en casa).

Hasta siempre, José Luis.